LAVADO: Para preservar la elasticidad del tejido de punto, te recomendamos que laves tus prendas a una temperatura igual o inferior a 30°, centrifugando a 1.200 rpm como máximo.
Para prolongar la vida de tus prendas interiores, te recomendamos que las laves del revés o en una red de lavado.
LAVADO: Utiliza un detergente suave que no contenga lejía. Si tus tejidos blancos se vuelven opacos, te recomendamos que utilices percarbonato sódico, que es tan eficaz como respetuoso con el tejido y el medio ambiente.
SECADO: No metas tu ropa interior en la secadora, ya que podría alterar la calidad de los materiales utilizados. El secado al aire es la mejor opción.
PLANCHADO: No es obligatorio planchar la ropa interior, pero si lo haces, utiliza la temperatura más baja posible y no uses vapor.